Julio César Trejo Hebrero[1]
La primera moneda virtual (bitcoin) aparece entre 2008 y 2009 en un contexto de crisis económica y, justamente, cuando las divisas de diferentes países enfrentaban una fuerte devaluación, la contracción de sus actividades productivas, y la descapitalización de sus sistemas financieros.
No está claro si Satoshi Nakamoto (persona o grupo de personas), creador de esta moneda digital, aprovechó esta coyuntura para lanzarla al mercado; lo que sí fue una realidad es que esta moneda virtual revolucionó el mercado al operar por internet, y tener su origen en un sistema basado en matemáticas y criptografía, compuesto sólo de dígitos, dejando que su valor lo establezca su oferta y demanda.
A partir de su lanzamiento, las monedas virtuales se han posicionado paulatinamente. De acuerdo con datos de Coinmarket, al cierre de 2021 el valor del mercado de las criptomonedas rompió el techo de los 2 billones de dólares. Sin embargo, al arranque de 2022, el valor de estos activos virtuales ha disminuido hasta llegar a los 1.7 billones de dólares.
Independientemente del valor que les asigna el mercado a las monedas virtuales, su valor intrínseco lo obtiene de su particularidad tecnológica y digital. Ésta es la fortaleza que le permitirá mantenerse y seguir avanzando, aun en contra de las voces que alertan y recomiendan prudencia para seguir invirtiendo en ellas.
El propósito de este artículo es, precisamente, destacar las particularidades tecnológicas de las monedas virtuales que, además de afianzarse en el mercado, en un futuro previsible, las podrían ubicar en un nivel relevante de la economía mundial.
Empecemos con la definición de las monedas virtuales ofrecida por el Banco Central Europeo, que las describe como una representación digital de valor, no emitida por un banco central, entidad de crédito o entidad de dinero electrónico, la cual, en algunas circunstancias puede ser utilizada como una alternativa como medio de pago.
Esta definición destaca que la representación digital de las monedas digitales, implica que no se materializan en un soporte físico de papel o metal y; por tanto, que su generación y uso se basan en principios criptográficos. Además, el hecho de que “no sea emitida por un banco central, entidad de crédito o de dinero electrónico”, la caracteriza como un sistema de generación y operación descentralizada. Es decir, que ninguna entidad pública participa en su emisión y control, toda vez que ello queda sujeto a la oferta y la demanda. Finalmente, el hecho de que “puede ser utilizada como dinero” presupone que, mediante su uso, se puede comprar, vender y realizar cualquier otro tipo de transacciones financieras.
La naturaleza tecnológica de las monedas virtuales es su principal característica, toda vez que su origen y operación se basa en el uso de llaves tecnológicas privadas para transferir el dominio de un individuo o entidad a otro, firmando criptográficamente cada vez que se transfieren. Es por este tipo de firma que también se les conoce como criptomonedas.
Cada una de las transferencias quedan registradas en una cadena de datos (blockchain) distribuida entre pares y descentralizada, donde los propios usuarios se encargan de proteger la red y efectuar el seguimiento, control y aprobación de las transacciones.
Dicho en otras palabras, blockchain es un sistema distribuido, “un libro mayor compartido e inmutable que facilita el proceso de registro de transacciones y de seguimiento de activos en una red de negocios, reduciendo el riesgo y los costos para todos los involucrados”[2].
Los elementos clave de blockchain son: i) tecnología de libro mayor distribuido, al cual todos los participantes de la red tienen acceso, de igual manera que a su registro inmutable de transacciones; ii) registros inalterables, esto es, que ningún participante puede cambiar o falsificar las transacciones grabadas en el libro mayor distribuido; iii) contratos inteligentes, que integran un conjunto de reglas almacenadas en el blockchain, las cuales se ejecutan automáticamente para acelerar las transacciones.[3]
El blockchain funciona de la siguiente manera: i) en cuanto se produce una transacción, ésta se registra como un bloque de datos, que muestran el movimiento de un activo y se vinculan con información relacionada con quién, qué, cuándo, dónde, cuánto, etc.; ii) cada bloque está conectado al bloque anterior y al bloque posterior, de tal manera que forman justo una cadena de datos a medida que un activo se mueve de un lugar a otro o cambia de dueño; iii) las transacciones se unen y forman una cadena irreversible (un blockchain), a prueba de manipulaciones, creando un libro mayor distribuido inalterable de transacciones, en el que todos los participantes pueden confiar.
La operación del sistema requiere de la participación autónoma de: i) el usuario común, que obtiene criptomonedas y las utiliza; ii) los intermediarios (exchange), que son las personas que ejercen la actividad de intercambio de criptomonedas por monedas de curso legal, fondos u otras formas de moneda virtual, a cambio de una tasa o comisión; y iii) las personas que mantienen la red de monedas (mineros)[4], mediante la ejecución de un software, donde resuelven complejos algoritmos que sirven para validar las transacciones y mantener su registro actualizado y seguro.
Este sistema, descrito en la publicación del trabajo de Satoshi Nakamoto, denominado Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System (Sistema de Efectivo Electrónico de Punto a Punto), propone un novedoso “sistema de pagos electrónico basado en la prueba criptográfica en vez de la confianza”[5].
El sistema propuesto por Satoshi Nakamoto reemplaza la autorización de una transacción por parte de un tercero, por una realizada a través de claves criptográficas al portador y el registro de una red peer-to-peer de todas las transacciones en una cadena.
No existe duda que la tecnología del blockchain tiene profundas implicaciones en el origen, operación y control de las criptomonedas para mantener su característica de descentralizadas. Sin embargo, toca ver en el futuro inmediato, la respuesta de los bancos centrales para, eventualmente, adoptar este desarrollo tecnológico con el objetivo de emitir sus propias monedas digitales.
[1] Graduate Researcher en LegalTec Lab y estudiante de la Maestría en Derecho en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey.
[2] ¿Qué es la Tecnología de Blockchain? IBM. Página Virtual
[3] Ídem
[4] Los mineros reciben una compensación en forma de criptomonedas, originadas con el proceso de resolución de cada operación.
[5] Nakamoto, Satoshi. “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System. 2008.