Radiografía del mercado de gas natural en México

Gregorio Velazquez Bracamontes [1]

En los últimos años se ha elevado significativamente la demanda de gas natural en México. Lo anterior, es debido a que se trata de un producto altamente utilizado como fuente de combustión para uso doméstico y uso industrial. Además, este hidrocarburo constituye uno de los principales insumos para la generación de energía eléctrica. Dicha situación amerita que se entienda con mayor profundidad sobre el comportamiento de las fuentes que abastecen dicha demanda, sobre todo, por parte de los responsables de crear políticas públicas en esa materia, así como de los distintos participantes del mercado. Por lo tanto, el objetivo de este artículo es exponer la evolución de la demanda y oferta de este hidrocarburo, el cual se ha convertido en uno de los insumos más importantes para el desarrollo de las actividades económicas en el país.

Entre 2005 y los primeros siete meses de 2022, el consumo del gas natural en México creció 72.7% al pasar de un promedio de 5,089 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) a 8,789 MMpcd.[2]

Por lo que respecta a la producción nacional de este hidrocarburo se hace notar que de 2005 a 2010 se mantuvo por encima de los 4,000 MMpcd. Sin embargo, a partir de ese año –en el que se registró un importante pico– y los primeros siete meses de 2022, la producción disminuyó en -52.7% al pasar de 5,005 MMpcd a 2,639 MMpcd .[3]

Por su parte, las importaciones de gas natural han mostrado un crecimiento constante en ese mismo periodo alcanzando así los 5,827 MMpcd en los primeros siete meses de 2022, es decir, 66.29% de la demanda doméstica de este insumo.[4]

En relación con el tema, resulta relevante indicar que los precios asociados a la oferta de gas natural fluctúan constantemente en nuestro país, no sólo por la alta dependencia que se tiene de las importaciones, sino también dado el nivel de desarrollo de la infraestructura de transporte y almacenamiento que existe en nuestro país. A la fecha, no se ha construido la infraestructura necesaria para garantizar el acceso al gas natural de forma competitiva, lo cual deja a México en una situación de vulnerabilidad ante contingencias.

La situación antes descrita nos demuestra que el gobierno tiene varios asuntos que atender para satisfacer la demanda de este combustible a precios competitivos y accesibles para todos los consumidores. Por ejemplo, se destaca la implementación de acciones tendientes a elevar su producción, sobre todo, considerando que México tiene un importante potencial de este recurso en el subsuelo. Para tal efecto, sería favorable que se haga uso de los diversos mecanismos que contempla el marco normativo vigente a partir de la reforma energética de 2013 y que tienen por objetivo atender esa área de oportunidad.

[1] Graduate Researcher en LegalTec Lab. Estudiante de la Maestría en Derecho, Escuela de Gobierno y Transformación Pública, Tecnológico de Monterrey.

[2] Con base en información de:

[3] En relación con el tema, en el documento antes referido del IMCO aclara que:

  • A pesar de que las reservas de gas natural en el país se han reducido de forma significativa en años recientes, al 1 de enero de 2022 las reservas ascendían a 31.0 MMMMpc, lo cual significa que, al ritmo de producción de 2021, las reservas de gas natural alcanzarían para los siguientes 17.8 años. Más de una tercera parte (35.3%) de las reservas 3P se concentra en 4 de 474 campos: Ixachi (20.2%), Quesqui (7.1%), Akal (5.0%) y Lakach (3.0%).
  • Además de las reservas, México cuenta con una elevada cantidad de recursos prospectivos, es decir, recursos que no se han descubierto aún, pero cuya existencia se infiere. En 2019 (último año con información disponible) se calculaba que los recursos prospectivos de gas natural del país ascendían a 224.7 MMMMpc, de los cuales el 63.0% (141.5 MMMMpc) corresponde a recursos no convencionales y el 37.0% (83.2 MMMMpc) restante a recursos convencionales. Los recursos no convencionales se encuentran en tres provincias petroleras al noreste del país (en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el norte de Veracruz, principalmente). Estas son Sabinas-Burro-Picachos (67.0 MMMMpc), Burgos (53.8 MMMMpc) y Tampico-Misantla (20.7 MMMMpc).

[4]Actualmente la mayor parte de las importaciones son realizadas por empresas privadas (en los primeros siete meses de 2022 el producto importado por Pemex es del 11.6% del total importado).

 

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